El Gobierno ha aprobado una inversión de más de 2.000 millones de euros en gasto militar sin darle publicidad, con el objetivo de no incomodar más de lo necesario al socio minoritario de la coalición y evitar agravar la tensión con la mayoría de los grupos del bloque de la investidura en una cuestión muy sensible para la izquierda.
La partida multimillonaria se destinará a la adquisición de vehículos de transporte táctico, las mejoras logísticas de arsenales y en la base naval de Rota, el programa de submarinos de la serie s-80, el desarrollo de un cuartel del Ejército de Tierra en Zamora y la ayuda a la defensa de Ucrania.
Según el Consejo de Ministros del 23 de diciembre, más de la mitad de los 2.001,2 millones aprobados corresponden a la compra de camiones medios y pesados de transporte táctico, por un valor de 1.041 millones. Otra partida importante, de 432 millones, se destinará a la modificación de la orden de ejecución para la construcción de cuatro submarinos de la serie s-80, tras los retrasos y sobrecostes milmillonarios que ha sufrido este programa.
La ciberseguridad se lleva otros 353,5 millones, a través de un acuerdo marco para la protección global de la Infraestructura Integral de Información para la Defensa. Además, se destinarán 32,4 millones a la construcción de nuevos depósitos y conducciones de combustible en la base naval de Rota, y 28,5 millones a la asistencia técnica para la gestión del apoyo logístico en los arsenales de la Armada.
Finalmente, 13,9 millones se invertirán en la segunda fase de las obras de urbanización del futuro acuartelamiento Monte la Reina, en Toro (Zamora), un proyecto que busca fijar población en una de las provincias más golpeadas por la despoblación.
La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha recalcado que España es un "socio fiable" de la OTAN y que, cuando el Gobierno llegó al poder, las Fuerzas Armadas "carecían prácticamente de todo", con una inversión en Defensa del 0,9% del PIB. Ahora, asegura, se han cumplido los compromisos adquiridos en la Cumbre de Gales de 2014, sin que sea "un problema de porcentajes, sino de capacidades".
