El Gobierno colombiano anunció este lunes un aumento sin precedentes del 23,7% del "salario mínimo vital", que fue fijado para 2026 en dos millones de pesos (unos 535 dólares) incluido el subsidio de transporte, informó el presidente Gustavo Petro.
El mandatario explicó que el nuevo salario mínimo vital familiar será de 1.746.882 pesos (unos 468 dólares), lo que implica un crecimiento del 22,7% respecto a este año. A esa cifra se suman cerca de 250.000 pesos (unos 67 dólares) de subsidio de transporte, lo que da un total de dos millones de pesos.
Según Petro, el incremento se calculó no solo con base en indicadores como inflación y productividad, sino en otros que permitieron un aumento "más justo" y con los que se garantizarán "mejores condiciones de vida para los trabajadores y sus familias". "Con estas medidas pensamos disminuir la desigualdad", manifestó el presidente.
Sin embargo, el aumento superó incluso las expectativas más pesimistas de los gremios y economistas colombianos, quienes advirtieron sobre las consecuencias negativas que tendrá en la inflación y en el poder adquisitivo de los trabajadores por la indexación al salario mínimo de precios y tarifas.
El presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI), Bruce Mac Master, señaló que "como resultado de una decisión unilateral del Gobierno, se generan grandes riesgos para los hogares y la economía colombiana especialmente los relacionados con el efecto sobre la inflación y los precios de múltiples bienes y servicios, el empleo, y hasta las finanzas públicas".
Por su parte, el presidente de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), Jaime Alberto Cabal, manifestó que el aumento del salario mínimo para 2026 muy por encima de la inflación, que es del orden del 5%, traerá consecuencias negativas también para el empleo, lo que acabará incrementando la informalidad.
A pesar de las críticas, Petro afirmó que "de ahora en adelante que Colombia hable no solo de salario mínimo, sino de un salario mínimo vital familiar", y mencionó incluso la Encíclica 'Rerum Novarum', promulgada en 1891 por el papa León XIII.











