En 2024, el gobierno boliviano logró la erradicación de 10.001 hectáreas (ha.) de cultivo legal de coca en todo el país, lo que representa un 3% menos con relación a 2023, cuando la racionalización fue de 10.302 ha.
Según los datos oficiales, en 2023 y el mes de enero de 2025, el Estado Plurinacional de Bolivia reportó una superficie total de cultivos de coca que no fue detallada en la información proporcionada.
La reducción en la erradicación de los cultivos de coca se produce en un contexto en el que el gobierno boliviano ha buscado un equilibrio entre las políticas de control y la promoción del desarrollo alternativo en las zonas productoras. Bolivia es uno de los principales productores mundiales de hoja de coca, cuyo uso tradicional y medicinal está permitido en el país.
Las autoridades han señalado que el objetivo es lograr una erradicación sostenible, que vaya de la mano con programas de sustitución de cultivos y apoyo a las comunidades campesinas. Sin embargo, organizaciones de derechos humanos han cuestionado en el pasado los métodos utilizados en las operaciones de erradicación, denunciando abusos y violencia contra los productores.
El gobierno boliviano ha defendido su enfoque, argumentando que busca respetar los derechos de los cultivadores de coca y promover alternativas económicas viables. No obstante, el debate en torno a la política de drogas en el país sigue siendo un tema controversial y de alta complejidad.
