Santa Cruz de la Sierra, otrora una pujante metrópoli, hoy proyecta una imagen ensombrecida y preocupante que refleja el abandono y la desidia de sus administradores. La acumulación de basura, el descuido de las áreas verdes, el deterioro de edificios emblemáticos y la inseguridad ciudadana son solo algunos de los problemas que aquejan a la capital cruceña.
El informe detalla cómo la falta de un servicio de limpieza eficiente, la ausencia de una política clara de educación ciudadana y el abandono de espacios públicos han convertido a Santa Cruz en una ciudad donde el derecho de unos se impone sobre el de muchos. Parques y plazas permanecen a oscuras, las aceras están tomadas por el comercio informal, y el caos vehicular y el deficiente servicio de transporte público completan este panorama desolador.
Ante esta situación, las autoridades y la ciudadanía deben asumir su corresponsabilidad para recuperar la ciudad. Se requiere liderazgo, planificación y control, así como una mayor participación de los vecinos en el mantenimiento del orden y la limpieza. De lo contrario, Santa Cruz corre el riesgo de perder todo aquello que la convirtió en una metrópolis de referencia nacional e internacional.
El texto concluye con la esperanza de que con el advenimiento de un nuevo año, la suerte del "viejo y entrañable campanario" pueda cambiar o, al menos, mejorar. Sin embargo, queda claro que la recuperación de Santa Cruz de la Sierra exige un esfuerzo conjunto y una voluntad inquebrantable para enfrentar los desafíos que aquejan a esta otrora pujante ciudad.











