La adopción de vehículos eléctricos en Argentina crece a pasos agigantados, impulsada principalmente por la llegada de marcas chinas. Sin embargo, la falta de una infraestructura adecuada de carga pone en jaque el uso pleno de estas unidades en el país.
Según datos de la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (ACARA), en lo que va del año hasta noviembre se vendieron 1.117 autos 100% eléctricos, más del doble que en el mismo período de 2024. Marcas como BYD, Chevrolet y Baic lideran este segmento en el mercado local.
El éxito de los VE en Argentina se debe en gran medida a la competitividad de los modelos chinos, como el BYD Dolphin Mini en su versión GL EV, que se vende a 22.990 dólares, y el Yuan Pro, de la misma firma, por 29.990 dólares. Estos vehículos ofrecen una autonomía que oscila entre los 240 y 380 kilómetros.
Sin embargo, la realidad es que la infraestructura de carga en el país está sumamente atrasada. Según datos de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (CECHA), en todo el territorio nacional solo se registran 14 cargadores eléctricos de alta velocidad en estaciones estratégicas de YPF, Shell y Axion.
Esta brecha entre el crecimiento de los autos eléctricos y la falta de una red de carga adecuada pone en jaque el uso pleno de estas unidades, especialmente para recorridos de larga distancia. Los propietarios se ven obligados a planificar sus trayectos y calcular ansiosamente dónde podrán "recargar" sus vehículos.
La situación recuerda a lo vivido hace dos décadas con la irrupción de los vehículos a GNC, cuando la inexistencia de una red sólida de estaciones obligaba a los conductores a armar un complejo "Tetris" de rutas para no quedar varados.
Según el analista internacional Jorge Castro, China se encamina a marcar un punto de inflexión histórico en la industria automotriz mundial, con una producción de vehículos eléctricos e híbridos que superaría los 12 millones de unidades para 2025. Esto representaría por primera vez en la historia que las tecnologías alternativas superen en número a los automóviles con motores de combustión tradicional.
En contraste, en Argentina, la brecha entre el consumo y la infraestructura se agiganta. Mientras la adopción de VE crece a pasos acelerados, la red de cargadores eléctricos sigue siendo muy limitada, lo que pone en jaque el uso pleno de estas unidades en el país.
Expertos advierten que, sin un plan integral de infraestructura que acompañe la tendencia, el auto eléctrico en Argentina seguirá siendo un lujo tecnológico apto solo para recorridos urbanos acotados y cargas en casa. Además, se deberá afrontar el desafío que supondrá reciclar las baterías de estos vehículos en un futuro cercano.










