El estudio dirigido por el profesor asociado Shintaro Uehara y su equipo de la Universidad de Salud de Fujita (Japón) ha demostrado que hablar impone una carga cognitiva lo suficientemente fuerte como para retrasar las respuestas esenciales del movimiento ocular. Esto significa que dialogar mientras se conduce podría afectar las evaluaciones visuales rápidas necesarias para una conducción segura.
La investigación, publicada en la revista 'PLOS ONE', examinó cómo hablar altera la dinámica temporal del comportamiento de la mirada. Los resultados muestran que el acto de hablar y el esfuerzo cognitivo requerido para buscar y producir respuestas verbales crean una interferencia significativa con los mecanismos de control de la mirada.
Específicamente, hablar produjo retrasos claros y constantes en tres componentes temporales clave del comportamiento de la mirada: el tiempo necesario para iniciar el movimiento ocular después de la aparición del objetivo (tiempo de reacción), el tiempo necesario para alcanzar el objetivo (tiempo de movimiento) y el tiempo necesario para estabilizar la mirada en el objetivo (tiempo de ajuste).
Estos retrasos, si bien pueden parecer leves por sí solos, pueden acumularse durante la conducción y provocar una detección más lenta de peligros y un retraso en el inicio de las respuestas físicas. Incluso las conversaciones con manos libres pueden introducir una carga cognitiva lo suficientemente fuerte como para interferir con los procesos neuronales que inician y guían los movimientos oculares.
"Estos resultados indican que las exigencias cognitivas asociadas con el habla interfieren con los mecanismos neuronales responsables de iniciar y controlar los movimientos oculares, que representan la primera etapa crítica del procesamiento visomotor durante la conducción", concluye el doctor Uehara.
Si bien el rendimiento al volante se ve influenciado por múltiples factores, este estudio demuestra que hablar puede socavar discretamente el rendimiento de los conductores de maneras que no son inmediatamente evidentes. Estos hallazgos resaltan la importancia de prestar atención a las distracciones cognitivas, como las conversaciones, durante la conducción para garantizar una mayor seguridad en las carreteras.











