La legendaria actriz francesa Brigitte Bardot, una de las mujeres más influyentes del siglo XX, falleció este domingo a los 91 años de edad, según informó la Fondation Brigitte Bardot, organización que ella misma fundó y presidió.
Nacida en París en 1934, Bardot soñó primero con el ballet antes de incursionar en el cine casi por azar. Su irrupción en la pantalla grande llegó con la película "...Y Dios creó a la mujer" (1956), dirigida por Roger Vadim, que la lanzó al estrellato y alteró los códigos morales del cine de la época.
Bardot apareció en pantalla libre, sensual, sin impostación ni distancia, rompiendo con la figura clásica de la diva. Europa la celebró, mientras que en otros lugares fue censurada. Desde entonces, su imagen dejó de pertenecerle del todo, convirtiéndose en un símbolo cultural que trascendía el cine.
Durante los años siguientes, su carrera avanzó al ritmo de un fenómeno global, pero la presión mediática y emocional marcó su biografía, incluyendo episodios de fragilidad e intentos de suicidio. En los años sesenta, su notoriedad alcanzó tal nivel que Charles de Gaulle llegó a afirmar que generaba tantas divisas para Francia como una gran industria.
Sin embargo, el peso de la exposición terminó por volverse insostenible. En 1973, con apenas 38 años, Bardot tomó una decisión radical: abandonó definitivamente el cine para dedicar su vida a la defensa de los animales, fundando su propia organización y liderando campañas internacionales.
La vida sentimental de Bardot estuvo siempre entrelazada con su figura pública. Se casó en cuatro ocasiones, incluyendo con el director Roger Vadim y el actor Jacques Charrier, con quien tuvo a su único hijo, Nicolas.
Esta última etapa estuvo acompañada por una vida más reservada, pero también por controversias públicas derivadas de sus posiciones políticas, que le significaron procesos judiciales y condenas por declaraciones consideradas ofensivas.
Brigitte Bardot se retiró del cine hace más de cinco décadas, pero nunca del debate público. Su legado no está hecho solo de películas o fotografías, sino de decisiones, rupturas y convicciones que la mantuvieron, hasta el final, como una figura imposible de ignorar.
