En la última década, Perú ha afianzado su rol como exportador mundial de fresa no por el volumen de fruta fresca que envía que es apenas 2% de la venta total de esta fruta , sino por su capacidad de integrarse a la cadena global de valor a través del procesamiento de dicho producto en su versión congelada, con el 98% de la balanza.
Así, nuestro país se ubica en el octavo lugar a nivel global, con alrededor del 4% del comercio. El uso intensivo en la industria alimentaria y, además, la infraestructura instalada en Lima, Ica y La Libertad explican por qué la frutilla congelada se ha convertido en el eje de la estrategia.
Según un estudio reciente de la Dirección de Estudios Económicos del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), el 2025 se ha convertido en un año decisivo para la fresa en el Perú. "El salto histórico en la producción nacional, impulsado por mayores rendimientos, tecnificación y condiciones climáticas favorables, redefinió el potencial agrícola del país", se pudo leer.
Para avalar la premisa, el estudio señaló que las exportaciones de fresas congeladas registraron un crecimiento extraordinario de más del 77% en volumen y 78% en valor entre enero y septiembre.
"Así, el 2025 no solo marca un cambio coyuntural, sino que constituye la base estratégica para proyectar escenarios positivos hacia el 2028, donde la articulación entre productividad y comercio exterior permitirá posicionar a la fresa como un cultivo bandera de la diversificación agroexportadora peruana", se complementó.
En ese sentido, se han proyectado tres escenarios de crecimiento de las exportaciones. El escenario óptimo plantea alcanzar cifras de exportación crecientes durante los años 2026, 2027 y 2028, cerrando con un volumen estimado de 59,000 toneladas.
Un segundo escenario, más moderado, está condicionado por el proceso de crecimiento de la producción: se alcanzaría un volumen de exportación de 47.9 mil toneladas en el 2026, 50.6 mil toneladas en el 2027 y 53.4 mil toneladas en el 2028.
También se ha considerado un tercer escenario menos optimista, donde se registraría un crecimiento nulo o incluso un retroceso en las exportaciones peruanas debido a diversos factores, como la falta de apoyo técnico en regiones consolidadas o la ausencia de monitoreo climático y la gestión de riesgos.
Cabe resaltar que la demanda internacional de fresa congelada está marcada por cambios en los hábitos de consumo y la frecuencia de shocks climáticos. Predomina una preferencia por alimentos saludables a causa de la rápida incorporación de nuevos consumidores en Asia, Oriente Medio y América Latina. Sin embargo, la mayor demanda se concentra en Norteamérica, Europa y Asia.
Para aumentar las exportaciones, el estudio sugiere diversificar mercados destino, efectuar nuevas inversiones en tecnificación y productividad, promover certificaciones de calidad y sostenibilidad, e innovar con nuevas presentaciones de productos derivados de la fresa.
"El Perú tiene un futuro prometedor en la exportación de fresas congeladas, con capacidad de competir con potencias como Egipto y Polonia. La expansión continua de las exportaciones de fresas congeladas representa una estrategia exitosa de adaptación, aprovechando la demanda creciente y las mejoras tecnológicas", se destacó.








