Detrás de cada experiencia culinaria se encuentra una suma de detalles orquestados por profesionales que no dejan nada librado al azar. En este universo, la apertura de Mailo en Villa Devoto representa la consolidación de una filosofía en la que cada elemento, desde la comida hasta la atmósfera, integra una escena pensada al milímetro.
La expansión del proyecto de Nico Francella reafirma el propósito de ofrecer experiencias sensoriales envolventes que animan a los comensales a regresar una y otra vez. "Apostamos a lo que hemos construido en estos años", subraya Francella, reflejando la confianza del equipo en una visión perfeccionada durante casi una década de trayectoria.
Mailo Devoto invita a quienes buscan autenticidad a sumarse a una propuesta donde cada detalle cuenta. El espacio se manifiesta como una extensión de la identidad que caracterizó a la primera sede de Nordelta, con abundante verde, madera y ese ingreso a un oasis de vegetación, fuego y madera.
En los últimos cuatro meses, el equipo ha experimentado una integración activa a la vida del barrio. "Construimos desde la experiencia, aplicando todo lo aprendido en estos siete años y encarando el proyecto desde una perspectiva más experimentada", dijo Francella.
Este enfoque renovado responde a un contexto en el que el boca a boca y la relación personal con los clientes resultan fundamentales para consolidar el vínculo de pertenencia y confianza. "Es un barrio en el que el boca a boca y el conocerse influyen mucho", agrega Francella.
El menú en Mailo Devoto conserva la esencia que marcó su éxito inicial: platos originales y sabores que se equilibran con creatividad, apoyados por una cuidada selección de cócteles de autor. "Mailo es un lugar al que se puede volver gracias a la variedad. Ofrecemos muchas opciones: hay parrilla, cortes, horno de barro, platitos y postres", detalla el fundador.
A esto se suman factores como el menú ejecutivo diario y una atención dedicada a los gustos de la clientela. "Escuchamos mucho al cliente y a lo que le gusta. Cada barrio es distinto y hay cosas que funcionan en Nordelta que evaluamos si funcionan también en Devoto, según lo que la gente busca", agrega Francella.
La atmósfera general se completa con elementos sensoriales cuidadosamente seleccionados, como la música, los eventos y la invitación a músicos con vinilos, vinos y diferentes acciones destinadas a ofrecer un valor añadido al visitante.
El compromiso con la calidad es otro de los estandartes del local: "Apostamos mucho a la materia prima, a un buen producto", indica Francella, convencido de que el éxito de Mailo depende tanto del sabor como de la atención y el entorno.
La expansión a Capital Federal implica para Mailo y su equipo no solo un crecimiento comercial, sino una oportunidad para fortalecer los valores que definen la propuesta. "Buscamos ser coherentes. El amor por la marca y el sentido de pertenencia nos invitan a seguir apostando y crecer en Capital", enfatiza Francella.
El recorrido de Mailo desde Nordelta hasta Devoto, articulado a través de una propuesta estética y conceptual sólida, refleja la búsqueda permanente de equilibrio entre tradición e innovación en la escena gastronómica argentina.










