Luego de años de tensión y desencuentros, los presidentes de Brasil y Estados Unidos, Luiz Inácio Lula da Silva y Donald Trump, han logrado acercar posiciones y abrir una nueva etapa de diálogo y cooperación entre ambos países.
El punto de inflexión fue una reciente conversación telefónica de 40 minutos entre ambos mandatarios, en la que Lula logró que Trump retirara los polémicos aranceles que había impuesto a 212 productos brasileños exportados a Estados Unidos. Esta medida, adoptada durante el gobierno de Bolsonaro, había generado un fuerte conflicto comercial entre ambos países.
Según Lula, la charla con Trump fue "extraordinaria", ya que pudo constatar que el expresidente estadounidense es "otra persona" en el trato personal, muy diferente a su imagen pública. "Muchas veces lo ves por televisión muy nervioso, pero en el trato personal es otra persona", comentó el mandatario brasileño.
Además de la rebaja arancelaria, Lula y Trump también abordaron la cooperación en la lucha contra el crimen organizado internacional. Lula enfatizó la "urgencia de fortalecer la cooperación con Estados Unidos" en este ámbito, mientras que Trump "resaltó su plena disposición a colaborar con Brasil y su total apoyo a las iniciativas conjuntas".
La última vez que Lula y Trump se habían reunido fue en octubre pasado, en Kuala Lumpur, Malasia, donde el expresidente estadounidense había declarado que esperaba "alcanzar buenos acuerdos" con Brasil. Ahora, con Bolsonaro fuera del poder y Lula al frente del país, parece que esa promesa finalmente se concretará.
Los empresarios exportadores brasileños se muestran muy satisfechos con este acercamiento, que pone fin a un período de tensión y abre la puerta a una relación más cordial y beneficiosa entre ambas naciones.












