El Mundial de Fútbol 2026, que se llevará a cabo en Estados Unidos, México y Canadá, enfrenta un reto organizativo clave: el calor extremo que se prevé en varias de las sedes. Los anfitriones del torneo están tomando medidas para mitigar los riesgos para jugadores y aficionados, pero aún quedan incógnitas por resolver.
Un estudio publicado en el International Journal of Biometeorology señala que seis de las sedes del Mundial -Monterrey (México), Miami, Kansas City, Boston, Nueva York y Filadelfia- presentan "seria preocupación por la salud" debido a las altas temperaturas. En esas ciudades, se han registrado días con temperaturas superiores a 35 grados en el índice de temperatura de bulbo húmedo (WGBT), que combina temperatura y humedad, considerado el límite de adaptación humana al calor.
Para hacer frente a este desafío, la FIFA ha tomado algunas medidas, como establecer pausas de hidratación obligatorias en los minutos 22 y 67 de cada partido, independientemente de las condiciones climáticas. Además, el calendario del torneo priorizó los horarios en pleno día para los juegos en estadios climatizados, y las horas más frescas de la tarde en las zonas de mayor riesgo.
Sin embargo, el sindicato de jugadores FIFPro advierte que aún hay "partidos de riesgo" y recomienda que se aplacen los encuentros cuando se superen los 28 grados WGBT. Asimismo, el riesgo para los espectadores en los estadios y las "fan-zones" ha sido "infravalorado", según el investigador Christopher Fuhrmann.
Los organizadores del Mundial 2026 deberán trabajar en estrecha colaboración con las autoridades locales y los servicios meteorológicos para garantizar la seguridad de jugadores y aficionados ante las previsiones de calor extremo. La prevención y la preparación serán clave para que el torneo se desarrolle sin mayores contratiempos.









