Tailandia y Camboya han firmado un acuerdo de cese al fuego con efecto inmediato en su frontera común, donde los enfrentamientos militares que comenzaron el 7 de diciembre han dejado un centenar de muertos y cerca de 700.000 desplazados.
Los ministros de Defensa de ambos países, Tea Seiha (Camboya) y Natthaphon Narkphanit (Tailandia), intercambiaron el acuerdo este sábado. En la declaración conjunta, ambos Ejércitos se comprometieron a evitar provocaciones como el desplazamiento de tropas en las zonas limítrofes que han sido el escenario de la histórica disputa territorial.
Asimismo, pactaron abordar a través de mecanismos bilaterales la polémica demarcación en zonas limítrofes, un asunto por el que Camboya ha acudido ante instancias internacionales, lo que ha molestado a Tailandia. También acordaron trabajar de forma conjunta para retirar minas antipersona, uno de los principales reclamos de Bangkok, que acusa a Nom Pen de sembrar nuevos artefactos.
Entre otros puntos, las dos naciones asiáticas se comprometieron a no incrementar el número de tropas en la divisoria, a no difundir información falsa o tendenciosa sobre el conflicto y a luchar de forma conjunta contra el tráfico de personas y las estafas digitales en la frontera.
La declaración establece el rol que desarrollarán emisarios de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) como observadores del alto el fuego. Además, Tailandia confirmó que los 18 soldados camboyanos detenidos en junio serán liberados cuando cese la hostilidad.
Hasta el viernes, según los balances oficiales, al menos 43 civiles y 24 militares habían muerto en Tailandia, mientras se contabilizaban 31 civiles fallecidos en Camboya, que no informa de bajas en el sector castrense.
El acuerdo cita "el espíritu" de Kuala Lumpur, en alusión al acuerdo de paz firmado en octubre en Malasia con la mediación del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cuyo Gobierno ha intercedido en las últimas tres semanas para el cese de las hostilidades.












