La Estación Espacial Internacional (EEI) es uno de los proyectos de ingeniería más ambiciosos de la humanidad. Desde su primer módulo lanzado en 1998, más de 280 astronautas y cosmonautas han visitado la estación, que ha estado ocupada de forma ininterrumpida durante 25 años.
El camino no ha sido fácil. Desde sus inicios, marcados por retrasos y sobrecostos, el proyecto estuvo en riesgo de ser abandonado. Sin embargo, gracias a la cooperación internacional, la EEI se convirtió en una muestra de lo que se puede lograr cuando los seres humanos trabajan juntos.
Hoy, la estación cuenta con entre 16 y 20 módulos presurizados, ocho grandes paneles solares y muchos más componentes interconectados. Su volumen habitable equivale al de una casa de seis habitaciones, donde los astronautas realizan investigaciones científicas, ejercitan dos horas al día para contrarrestar los efectos de la microgravedad, y hasta tocan instrumentos musicales en su tiempo libre.
Desde el primer ensamblaje hasta las constantes reparaciones y mejoras, la EEI ha sido testigo de más de 270 caminatas espaciales. Además, ha recibido a 13 civiles que han pagado por la oportunidad de visitar este hito de la exploración espacial.
A pesar de los desafíos, como la amenaza constante de la basura espacial, la Estación Espacial Internacional continúa siendo un símbolo de la capacidad humana para lograr grandes hazañas a través de la cooperación internacional. Sus 25 años de historia son una muestra de los avances que se pueden alcanzar cuando la humanidad trabaja unida hacia un objetivo común.
