La nueva Miss Universo, Fátima Bosch, ha asumido sus compromisos oficiales como reina universal en medio de un ambiente marcado por la controversia. La mexicana se instaló en Nueva York, sede de la Organización Miss Universo, para cumplir su primera agenda pública, que incluyó reuniones con comunidades migrantes y declaraciones sobre los retos de las mujeres latinoamericanas en el exterior.
Sin embargo, el reinado de Bosch se ha visto ensombrecido por múltiples escándalos que rodean a la organización del certamen. Apenas días después de su coronación, salieron a la luz investigaciones federales en México que señalan al copropietario y presidente de Miss Universe Organization, Raúl Rocha Cantú, por presuntos delitos de delincuencia organizada, tráfico de armas, narcotráfico y contrabando de hidrocarburos.
Estas revelaciones han provocado una crisis reputacional sin precedentes para la organización. Incluso el Ministerio de Relaciones Exteriores de Guatemala anunció la derogación del nombramiento de Rocha Cantú como cónsul honorario en Toluca, dejándolo sin blindaje diplomático.
Pero los problemas no se detienen ahí. Antes de la final, hubo denuncias de irregularidades en el proceso de selección, con acusaciones de un "jurado improvisado" que habría preseleccionado a las semifinalistas sin la participación del panel oficial. Esto llevó a la renuncia de varios miembros del jurado, como el músico franco-libanés Omar Harfouch, quien aseguró haber sido presionado para votar por México.
Además, la nueva Miss Universo se ha visto envuelta en polémicas con otras participantes. La candidata de Costa de Marfil, Olivia Yacé, renunció a su título de Miss Universe Africa and Oceania por razones éticas, mientras que la representante de Estonia, Brigitta Schaback, también se desvinculó de su organización nacional.
Incluso el presentador Steve Byrne anunció su renuncia después de la gala, alegando haber presenciado "tantas renuncias de jueces y delegadas, y polémica causada por ciertos 'cabeza hueca' asociados al concurso".
Con este panorama, el reinado de Fátima Bosch como Miss Universo 2025 se enfrenta a un gran desafío: reconstruir la credibilidad y la integridad de un certamen que parece estar sumido en una profunda crisis. Las exigencias de auditorías independientes y reformas internas se han intensificado, mientras que la organización deberá hacer frente a las investigaciones y señalamientos que ponen en duda la legitimidad de su corona.












