Tras semanas de violentos enfrentamientos en la frontera entre Tailandia y Camboya que dejaron más de 100 muertos y 700.000 desplazados, los jefes de Defensa de ambos países firmaron este sábado un acuerdo de cese al fuego con efecto inmediato.
La declaración conjunta, difundida inicialmente por el Gobierno camboyano, establece que el cese al fuego entrará en vigor a las 12:00 hora local (5:00 GMT) e incluye el fin de los ataques contra civiles, infraestructuras y objetivos militares en ambos lados de la línea divisoria de 820 kilómetros.
Asimismo, los Ejércitos de Tailandia y Camboya se comprometieron a evitar provocaciones como el desplazamiento de tropas en las zonas limítrofes, escenario de la histórica disputa territorial, y a garantizar el retorno seguro de los desplazados.
Además, pactaron abordar a través de mecanismos bilaterales la polémica demarcación en zonas fronterizas, un asunto por el que Camboya ha acudido ante instancias internacionales y que ha molestado a Tailandia.
Los militares también acordaron trabajar conjuntamente para retirar minas antipersona, uno de los principales reclamos de Bangkok, que acusa a Nom Pen de sembrar nuevos artefactos que han causado heridas, algunas mortales, a varios soldados en los últimos dos meses.
Otros puntos del acuerdo incluyen no incrementar el número de tropas en la divisoria, no difundir información falsa o tendenciosa sobre el conflicto y luchar de forma conjunta contra el tráfico de personas y las estafas digitales en la frontera.
La declaración fue firmada por los generales Tea Seiha y Nattaphon Narkphanit, titulares de Defensa de Camboya y Tailandia, respectivamente, y establece el rol que desarrollarán emisarios de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) como observadores del alto el fuego.
Hasta el viernes, según los balances oficiales, al menos 43 civiles y 24 militares habían muerto en Tailandia, mientras se contabilizaban 31 civiles fallecidos en Camboya, que no informa de bajas en el sector castrense.
El acuerdo entre Bangkok y Nom Pen cita "el espíritu" de Kuala Lumpur, en alusión al acuerdo de paz firmado en octubre en Malasia con la mediación del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cuyo Gobierno ha intercedido en las últimas tres semanas para el cese de las hostilidades.
La Unión Europea (UE) celebró el acuerdo y pidió a ambas naciones que lo apliquen "de buena fe", mientras que China, que anunció reuniones ministeriales en la provincia de Yunnan para consolidar la tregua, expresó su apoyo al mismo y defendió el diálogo y la negociación como la vía "realista y eficaz" para resolver las disputas.
Por su parte, el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, felicitó a Camboya y Tailandia por el acuerdo y los exhortó a cumplir "de inmediato" con lo dispuesto.
