El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, realizó una llamada telefónica al presidente electo de Honduras, Nasry "Tito" Asfura, para felicitarlo por su victoria electoral y destacar la alineación de su proyecto político con la agenda del gobierno de Donald Trump.
Según informó la agencia EFE, Rubio "elogió al presidente electo Asfura por su defensa de la democracia, el Estado de derecho y la lucha contra la corrupción". Asimismo, el funcionario estadounidense subrayó que espera "trabajar estrechamente" con el próximo mandatario hondureño para avanzar en esos objetivos compartidos.
La comunicación entre Rubio y Asfura se produce en un contexto de creciente influencia de Estados Unidos en Centroamérica, donde busca contrarrestar la presencia de actores como China y Rusia. Durante la presidencia de Trump, Washington endureció su postura hacia los gobiernos de la región, condicionando la ayuda económica y la cooperación a la adopción de medidas alineadas con su agenda.
En ese sentido, el respaldo de Rubio a Asfura sugiere que el próximo gobierno hondureño mantendrá una línea afín a los intereses estadounidenses, lo cual podría implicar un giro en la política exterior del país centroamericano. Analistas señalan que Asfura, empresario y exalcalde de la capital Tegucigalpa, representa la continuidad del Partido Nacional, históricamente cercano a Washington.
Si bien Asfura se ha presentado como un candidato de "centro", su victoria ha sido cuestionada por la oposición y organismos internacionales, quienes denuncian irregularidades y falta de transparencia en el proceso electoral. Estos cuestionamientos podrían generar tensiones y desafíos para el próximo gobierno hondureño en su relación con Estados Unidos.
En todo caso, la llamada de Rubio a Asfura evidencia la importancia que la administración Biden otorga a Honduras dentro de su estrategia regional, en un momento en que la inestabilidad política y social persiste en gran parte de Centroamérica.










