El gigante chino de autos eléctricos BYD ha decidido suspender sus planes de construir una gran fábrica en México y en su lugar invertir más de 1100 millones de dólares en una nueva planta en Brasil. Esta decisión se debe a la creciente incertidumbre generada por las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos, lo que generaba el riesgo de que Washington impusiera altos aranceles a los vehículos fabricados por BYD en México.
La expectativa inicial era que BYD instalara en territorio mexicano su primera y más grande fábrica en el continente americano, lo que hubiera posicionado a México como una potencia en la fabricación de autos eléctricos. Sin embargo, la empresa china decidió suspender estos planes y cambiar el foco hacia Brasil, un mercado donde BYD ya es líder en ventas de vehículos eléctricos.
La nueva planta de BYD se está construyendo en el estado de Bahía, en el complejo industrial de Cama ari, un lugar que históricamente fue una fábrica de Ford. La inversión total supera los mil millones de dólares y se espera que empiece a funcionar en diciembre del próximo año. El proyecto promete crear un total de 20 mil puestos de trabajo a medida que la producción alcance su capacidad máxima.
Será una instalación de gran envergadura, con tres fábricas en el mismo lugar: una para producir el chasis de camiones y autobuses eléctricos, otra para fabricar autos eléctricos e híbridos con una capacidad inicial de 150.000 unidades al año, y una tercera dedicada a la innovación, con el objetivo de desarrollar el primer sistema híbrido flexible de la marca que pueda usar electricidad, etanol y gasolina.
La decisión de BYD de frenar sus planes en México y llevar una gran inversión a Brasil es una respuesta directa a la inestabilidad política y comercial de Norteamérica. El gigante chino eligió a Brasil como su centro más importante en América, justo ahora que las ventas de autos eléctricos se disparan, para asegurarse de producir vehículos y baterías para todo el mercado de América Latina. Este cambio demuestra que BYD sigue apostando por los autos eléctricos en el continente, pero ahora prefiere la estabilidad antes que estar cerca de Estados Unidos.











