El Mundial de Fútbol 2026, que se celebrará en Estados Unidos, México y Canadá, enfrenta un gran desafío organizativo debido a las altas temperaturas que se esperan durante el torneo. Expertos advierten de los riesgos para jugadores y aficionados, y la FIFA ha tenido que tomar medidas para mitigar los efectos del calor.
Un estudio publicado en el "International Journal of Biometeorology" menciona una "seria preocupación por la salud de los jugadores y árbitros" en el Mundial 2026 debido a las condiciones climáticas extremas. Seis de las sedes, como Monterrey, Miami y Nueva York, han registrado temperaturas superiores a 35 grados en termómetros de bulbo húmedo (WGBT), el límite de adaptación humana al calor.
Para hacer frente a este desafío, la FIFA ha decidido instaurar pausas de hidratación en los minutos 22 y 67 de todos los partidos, independientemente de las condiciones. Además, el calendario ha priorizado los horarios en pleno día para los juegos en estadios climatizados y las horas más frescas de la tarde en las zonas de riesgo.
Sin embargo, el sindicato de jugadores FIFPro advierte que aún hay "partidos de riesgo" y recomienda que se aplacen los encuentros cuando se superen los 28 grados WGBT. La FIFA no ha respondido sobre su futuro protocolo en caso de condiciones extremas.
Más allá de los jugadores, el riesgo para los espectadores en estadios o "fan-zones" también ha sido "infravalorado", según expertos. Los aficionados generan calor con sus ánimos y pueden tener "comorbilidades" que les expongan a golpes de calor potencialmente mortales.
Para mitigar estos riesgos, el Servicio Nacional de Meteorología de Estados Unidos (NWS) tendrá un interlocutor por ciudad sede y ejercerá una labor de alerta según las previsiones. La FIFA y los gobiernos locales tendrán la decisión final sobre la celebración de los partidos.
El meteorólogo Benjamin Schott advierte que las condiciones del Mundial de Clubes de 2025 en Estados Unidos "no fueron nada excepcionales" en un país en el que los récords de temperatura se baten "cada año". Por lo tanto, el Mundial 2026 deberá estar preparado para hacer frente a este desafío climático sin precedentes en la historia del fútbol.












