El análisis presentado en esta fuente resalta cómo algunos de los más brillantes estrategas militares y líderes políticos a lo largo de la historia han sucumbido no por espectaculares tácticas del enemigo, sino por la acumulación de "pequeños detalles" mal gestionados. Desde Hitler, Napoleón y Aníbal Barca, hasta Robert E. Lee y Simón Bolívar, estos grandes personajes cometieron errores aparentemente menores que, en conjunto, resultaron fatales para sus ambiciosos proyectos.
El artículo traza un paralelismo entre estos casos históricos y la situación actual del Partido Revolucionario Moderno (PRM) en República Dominicana. Advierte que este partido, al igual que las hegemonías del pasado, corre el riesgo de caer no por una sola crisis, sino por "la acumulación de gestos mínimos que erosionan la credibilidad": funcionarios desconectados de la realidad, promesas incumplidas, escándalos cotidianos y un discurso triunfalista que choca con las dificultades económicas que enfrenta la población.
El autor sostiene que cuando un liderazgo deja de corregirse y cree haber ganado ya, comienza a perder, aunque siga marchando con consignas, banderas y gorras en alto. Advierte que el PRM, si insiste en esta tendencia, corre el riesgo de no escuchar el "murmullo" del descontento popular, que eventualmente se puede convertir en un voto de castigo.
La lección que deja este análisis es que nadie sobrevive mucho tiempo a la suma de pequeños errores tratados como irrelevantes. Los grandes proyectos no mueren por enemigos externos, sino por la incapacidad de leer las señales pequeñas y corregir a tiempo. Un llamado a la humildad y la autocrítica para los líderes, que les permita mantenerse conectados con la realidad y las necesidades de la gente.

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