Don Bernardo Coronel, un carpintero de 76 años, se ve obligado a vender su taller y máquinas de carpintería por recomendación médica luego de sufrir un Accidente Cerebrovascular (ACV). Después de dedicar toda su juventud a trabajar la madera, ahora debe priorizar su salud y dejar atrás su pasión por la carpintería.
Coronel, quien proviene de una familia de carpinteros, cuenta que su padre también se dedicó a este oficio. Él mismo comenzó a trabajar en la carpintería desde los 17 años y durante décadas se entregó por completo a este trabajo. Sin embargo, el pasado 21 de septiembre, con la llegada de la primavera, sufrió el ACV que le cambió la vida.
Luego de ser atendido de manera "excepcional" en el IPS, los médicos le recomendaron que dejara de trabajar en la carpintería, ya que el polvo y el esfuerzo físico podrían perjudicar aún más su salud, especialmente sus problemas pulmonares.
"Los médicos ya no quieren que yo trabaje, por eso ahora me veo en la necesidad de vender mis máquinas; pasa que mi drama también es pulmonar y uno aspira mucho polvo en una carpintería. 'No trabajes más en la carpintería porque te va a liquidar eso', me dijeron los doctores", relata Coronel.
Aunque tiene varias ofertas por su taller y las máquinas, que describe como "de primera", la decisión no ha sido fácil. Coronel cuenta que toda su juventud la "enterró prácticamente en este trabajo" y que hizo grandes esfuerzos, como dos hipotecas, para adquirir el equipamiento que hoy debe vender.
Uno de los mayores problemas que enfrenta es que ninguno de sus hijos se dedica a la carpintería, por lo que no quiere que las herramientas se "fundan" o "herrumbren" sin uso. "Mis hijos se dedican a otra cosa, por eso quiero vender", explica.
Ahora, Coronel se enfrenta a una situación económica complicada, ya que deberá mantener a su familia sin el ingreso de su taller. "Pasa que tengo que mantener a mi familia y la plata no aguanta; entonces la necesidad se torna extrema. Pero la verdad, no sé qué voy a hacer después de eso", lamenta.
A sus 76 años, Coronel se ve obligado a dejar atrás su pasión por la carpintería, una actividad que lo acompañó durante toda su vida adulta. Sin embargo, su salud es ahora la prioridad, y debe tomar la difícil decisión de vender su taller para cuidar de sí mismo y de su familia.










