El gobierno de Estados Unidos ha implementado una nueva política que obliga a todos los extranjeros que entren o salgan del país a someterse a un escaneo biométrico. La medida, que entró en vigor el 1 de abril, afecta a residentes permanentes, menores de 14 años y mayores de 79 años, ampliando significativamente el alcance de los controles fronterizos.
Según informó el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), la recopilación de datos biométricos, como huellas dactilares y fotografías faciales, tiene como objetivo mejorar la seguridad y la integridad del sistema de inmigración estadounidense. La información recabada se utilizará para verificar la identidad de los viajeros y detectar posibles amenazas a la seguridad nacional.
"Esta nueva política es un paso crucial para garantizar que sepamos quién entra y sale de nuestro país", declaró el secretario interino del DHS, Chad Wolf. "Al recopilar datos biométricos de todos los extranjeros, podremos mejorar la aplicación de las leyes de inmigración y fortalecer nuestras defensas contra el terrorismo y el crimen organizado".
La medida ha generado preocupación entre grupos de defensa de los derechos civiles, que temen que pueda dar lugar a abusos y discriminación. "Es una intrusión inaceptable en la privacidad de las personas", afirmó Neema Singh Guliani, abogada de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU). "Esto podría tener un impacto desproporcionado en minorías y comunidades vulnerables".
Sin embargo, las autoridades estadounidenses aseguran que los datos biométricos se almacenarán de forma segura y se utilizarán únicamente con fines de seguridad nacional y aplicación de la ley. Además, destacan que la medida se aplica por igual a todos los extranjeros, independientemente de su nacionalidad o estatus migratorio.
La implementación de este sistema biométrico se enmarca en los esfuerzos del gobierno de Trump por endurecer los controles fronterizos y la política de inmigración. Desde su llegada al poder, la administración ha impulsado una serie de medidas restrictivas, como la construcción del muro en la frontera con México y la aplicación de una política de "tolerancia cero" contra la inmigración ilegal.
