La concesión del Premio Nobel de la Paz 2025 a la opositora venezolana María Corina Machado ha generado una gran polémica en la izquierda latinoamericana y en el PSOE español, quienes no han felicitado a la galardonada.
Más allá de los indudables méritos de Machado, una heroína del siglo XXI por su valiente lucha contra la dictadura de Nicolás Maduro, la decisión del Comité Nobel ha sido interpretada como un duro golpe al régimen chavista y a sus aliados en la región.
Ninguno de los líderes de izquierda latinoamericanos, ni siquiera el PSOE español, han reconocido públicamente el premio otorgado a Machado. En su lugar, han optado por un "silencio de apoyo" a Maduro, a quien consideran un líder socialista, cuando en realidad se trata de un populista del "Socialismo del Siglo XXI" que ha empobrecido a su pueblo y violado sus derechos fundamentales.
La concesión del Nobel a Machado también supone un revés para el aparato policial de Venezuela y la seguridad del Estado de Cuba, países que han aplicado un sistema represivo y controlador que ha derivado en las más largas dictaduras de América Latina. A pesar de esta brutal maquinaria de vigilancia, Machado logró escapar de Venezuela y asistir a la ceremonia de entrega del premio en Oslo, representada por su hija Ana Corina Sosa Machado.
El padre de Machado, Julio Sosa Rodríguez, fue un importante empresario venezolano, embajador en Washington y negociador del ingreso de Venezuela al Pacto Andino en 1973. Una anécdota revela que, cuando visitó al entonces presidente ecuatoriano Rodríguez Lara para iniciar las negociaciones, le recomendó seguir una política petrolera "todo lo contrario a lo hecho por Venezuela".
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