Jair Bolsonaro, el expresidente de Brasil que se encuentra en prisión por intento de golpe de Estado, superó "con éxito y sin complicaciones" la operación a la que se sometió este jueves por una hernia inguinal bilateral, según informó su familia.
La esposa del exmandatario, Michelle Bolsonaro, informó a través de sus redes sociales que "¡Cirugía finalizada con éxito! Sin complicaciones. Ahora, esperar la recuperación de la anestesia".
El líder ultraderechista salió temporalmente de prisión el miércoles para ingresar en un hospital privado de Brasilia y fue intervenido este jueves, en plena Navidad. El procedimiento fue autorizado por el juez Alexandre de Moraes, relator en el Tribunal Supremo del proceso por el que Bolsonaro fue condenado a 27 años de cárcel por "liderar" una trama golpista tras perder las elecciones de 2022 frente al actual gobernante, Luiz Inácio Lula da Silva.
Antes de entrar al quirófano, uno de sus hijos, el senador Flávio Bolsonaro, leyó en la puerta del hospital una carta escrita por su padre en la que reafirmó que el propio Flávio es su sucesor político y se presentará en su nombre a las elecciones presidenciales de 2026.
Según el boletín médico divulgado el miércoles, durante su recuperación se valorará la posibilidad de someterlo a otra intervención para bloquear de manera parcial un nervio del diafragma, con el fin de controlar sus recurrentes crisis de hipo, uno de los problemas de salud que ha sufrido Bolsonaro en los últimos meses, junto a vómitos y mareos.
De acuerdo con lo estipulado por el juez De Moraes, durante su ingreso en el hospital el expresidente (2019-2022) solo podrá estar acompañado permanentemente por su esposa. Cuatro de sus hijos, el senador Flávio y el ahora exconcejal de Río de Janeiro Carlos, así como Jair Renan y Laura, recibieron el permiso para visitar de manera puntual a su padre.
El magistrado también prohibió el ingreso de computadoras, teléfonos móviles o cualquier equipo electrónico a la habitación del exmandatario. Durante su recuperación en la clínica, que podría alargarse durante una semana, el líder ultraderechista estará vigilado durante las 24 horas por al menos dos policías en la puerta de su habitación.
Bolsonaro, quien rechaza los cargos en su contra, cumple su pena desde finales de noviembre en una sala especial de la Superintendencia de la Policía Federal en Brasilia. La operación de este jueves se produce en medio de la condena que pesa sobre el expresidente por su presunta participación en los hechos violentos del 8 de enero, cuando miles de sus seguidores asaltaron las sedes de los tres poderes en Brasilia.











