Los ángeles, esos seres celestiales que actúan como mensajeros y protectores de la divinidad, tienen una presencia que trasciende las fronteras del cristianismo. Si bien es en esta religión donde adquieren una dimensión litúrgica y devocional más marcada, la creencia en la existencia de estos seres espirituales intermediarios entre lo divino y lo humano tiene raíces mucho más antiguas y se encuentra en diversas tradiciones religiosas.
En la Biblia, los ángeles aparecen siempre que es necesario transmitir una comunicación divina a los humanos. En la tradición popular, cada persona tiene su propio ángel, que actúa como protector, como guardaespaldas personal. Y en el arte, pintores y escritores los han representado e incluido a menudo en sus obras.
Literalmente, la palabra "ángel" significa "mensajero". "Proviene del latín angelus, que a su vez deriva del griego ángelos y esta es la forma helénica utilizada para traducir [del Antiguo Testamento] el término hebreo malakh, que significa mensajero", explica el teólogo Kenner Terra.
Terra añade que la figura se refiere a "alguien que transmite un mensaje": "En las antiguas tradiciones judía y cristiana, los ángeles son mensajeros y agentes celestiales al servicio de Dios".
En los textos bíblicos, estos seres aparecen cumpliendo diversas funciones: participan en guerras, forman parte de ejércitos celestiales, protegen a individuos y pueblos, llevan mensajes divinos, cumplen los designios de Dios, organizan el cosmos y articulan las estaciones del año.
Pero la creencia en ángeles no es exclusiva del cristianismo. "La creencia en la existencia de ángeles es común, pero la dimensión litúrgica y devocional, como fiestas específicas, oraciones específicas e invocación a los arcángeles, es mucho más característica del catolicismo", dice el sacerdote Alex Nogueira.
De hecho, la figura de los ángeles como intermediarios entre lo divino y lo humano tiene antecedentes en otras tradiciones religiosas antiguas, como las de Mesopotamia, Egipto y Persia. "La creencia en mensajeros espirituales ya existía en las culturas antiguas", confirma Nogueira.
En el judaísmo antiguo, los ángeles aparecen en visiones proféticas y fueron influenciados por la angelología persa tras el exilio babilónico. Y en el islam, el arcángel Gabriel incluso se le apareció al profeta Mahoma, el fundador de esta religión.
Así, si bien la fe cristiana se nutre fundamentalmente del judaísmo, del que hereda elementos de la tradición rabínica sobre ángeles y arcángeles, la creencia en estos seres espirituales intermediarios tiene raíces mucho más profundas y se extiende más allá de las fronteras del cristianismo.











