El exmandatario hondureño Manuel Zelaya (2006-2009) denunció que la declaratoria oficial de Asfura como presidente electo por parte de dos magistradas del Consejo Nacional Electoral (CNE) es una "ruptura del orden democrático" y un "golpe de Estado electoral".
Según Zelaya, las consejeras Ana Hall (del partido Liberal) y Cossette López (del partido Nacional) firmaron una resolución sin concluir el escrutinio total de las actas, sin resolver impugnaciones y sin atender las solicitudes de recuento a nivel presidencial.
"Esto nadie lo acepta: viola la soberanía popular y se percibe como uno de los mayores atropellos contra el orden constitucional", subrayó el también coordinador general del partido Libre. Zelaya precisó que el accionar de ambas funcionarias responde a los "grupos económicos, políticos y criminales" contrarios a su partido.
Para Zelaya, esas estructuras de poder no buscan un presidente que represente al pueblo, sino un "gerente" que proteja los privilegios de las élites en Honduras. "Resistimos un golpe de Estado, resistimos exilio, persecución, cárcel y asesinatos. Y hoy, frente a este golpe de Estado electoral, también lo vamos a resistir", escribió el líder izquierdista.
En un mensaje al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien dio su apoyo público a Asfura, Zelaya advirtió que en Honduras nadie se rinde ni entrega la patria a los intereses de grupos extranjeros. "Honduras será libre, soberana e independiente, cuando su destino vuelva a estar en manos del pueblo", concluyó.
Por su parte, la candidata presidencial de Libre, Rixi Moncada, también denunció que el CNE "asesinó nuestra incipiente democracia" al proclamar presidente electo a Asfura, una decisión que calificó de "fraude y una imposición extranjera". Para Moncada, el árbitro de los comicios, "atendiendo las instrucciones del imperio", declaró un nuevo gobernante mediante un fraude electoral avalado por empresarios hondureños con la intervención de Trump.
Moncada acusó a las consejeras López y Hall de "entregar al país al precio del dólar" y usar "el miedo, la coacción y la injerencia para imponer un golpe electoral". La presidenciable reiteró su denuncia sobre "las dolosas trampas" del sistema de transmisión de resultados preliminares y las "miles de actas manoseadas que dejaron sombras donde debía haber luz".
