El papa León XIV y el gobierno de Donald Trump se encuentran en una creciente tensión por la política migratoria del presidente estadounidense. Mientras el pontífice ha expresado su preocupación por el trato que reciben los migrantes en Estados Unidos, el gobierno ha rechazado los comentarios del Papa y ha acusado a la Iglesia Católica de "equivocarse" en este tema.
La disputa se remonta a las críticas del Papa a la política de deportaciones masivas de Trump, lo que ha generado un fuerte rechazo de sectores conservadores de la Iglesia, como el presentador de podcast católico Jesse Romero, quien afirma que el Papa "no tiene autoridad sobre el gobierno" y debe "mantenerse en su carril".
Sin embargo, la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) emitió un "Mensaje Especial" expresando su "preocupación por la situación en evolución que afecta a los inmigrantes" y oponiéndose a la "deportación masiva e indiscriminada de personas". Este comunicado contó con el respaldo del Papa, quien lo calificó de "muy importante".
Según el director del Centro de Religión y Cultura de la Universidad de Fordham, David Gibson, los conservadores esperaban que el Papa León XIV trajera un cambio respecto al enfoque de su predecesor, el papa Francisco, en temas de justicia social y migración. "Muchos de ellos están enojados. Quieren decirle a la Iglesia que se calle", afirma.
La tensión se ha visto reflejada en las acciones de la Iglesia Católica a nivel local. Por ejemplo, una parroquia en Massachusetts reemplazó la figura del niño Jesús en su pesebre navideño por un letrero que decía "ICE estuvo aquí", en referencia a la agencia de inmigración. Asimismo, la Coalición para el Liderazgo Espiritual y Público (CSPL) ha presentado una demanda federal alegando que se le impidió brindar asistencia religiosa a inmigrantes detenidos.
El obispo Joseph Tyson de Yakima, en Washington, afirma que existe un "desacuerdo fundamental" entre la Iglesia y el gobierno actual sobre cómo se debe ver a los inmigrantes, y que las deportaciones que se están llevando a cabo "no son quirúrgicas ni están dirigidas a criminales".
Esta disputa se enmarca en un contexto en el que los católicos estadounidenses, especialmente los blancos, tienden a apoyar más al Partido Republicano y a Donald Trump, mientras que los hispanos, que representan el 37% de la población católica, se muestran más críticos con la política migratoria del gobierno.











