La gastronomía, uno de los sectores más afectados por la situación económica del país, mostró una leve reactivación en octubre y noviembre, pero diciembre no cumplió con las expectativas de los empresarios. Según datos de la Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica y Afines de Mendoza (AEHGA), existe una coincidencia crítica: aunque en algunos locales el volumen de gente se mantiene similar al 2024, el ticket promedio cayó entre 15% y 25% en términos reales.
Raúl Roitman, presidente de AEHGA, explicó que los clientes son más cautos, buscan promociones y el consumo se ha desplazado de "comida completa" a "solo bebida" u opciones más económicas. La comparativa interanual muestra un escenario más complejo que en 2024, con caídas de rentabilidad marcadas. "La mayoría de los consultados del sector coinciden en que el cierre de 2025 es inferior al del año pasado", señaló Roitman.
Además, se observa un cambio cultural en las reservas, con un retroceso de la cultura de la reserva previa y un aumento del consumo espontáneo, especialmente en zonas como la calle Arístides. Algunos establecimientos incluso han decidido no abrir en fechas clave como el 31 de diciembre.
Otro factor que impacta es el desplazamiento del consumo hacia el Gran Mendoza y zonas de bodegas y montaña, en detrimento del microcentro, debido a problemas de infraestructura, inseguridad y falta de estacionamiento. También influye el auge de los sunsets en zonas periféricas, que captan el público de mayor poder adquisitivo.
Los empresarios consultados, como Matías Szyma y Andrés Civit, coinciden en que 2026 será un año mejor que el actual, aunque no esperan una gran recuperación, sino más bien una reactivación paulatina. Civit, por ejemplo, solo abrirá su local de Arístides para Fin de Año, con un menú de tres pasos apuntado al turismo extranjero.
