El rompope, la tradicional bebida navideña de origen colonial, ha evolucionado más allá de su receta clásica de vainilla. Ahora se ofrece en versiones de cacao, coco, café, pistacho e incluso endulzado con estevia y leche de almendra, despertando la nostalgia de la cocina casera.
En esta temporada, el rompope se consolida como una de las bebidas que dinamiza la economía de diciembre en Ecuador. Su venta alcanza el punto más alto del año, con un crecimiento de dos dígitos, tanto en la versión industrial como en la artesanal.
Detrás de esta bebida hay una historia que se remonta a la época colonial, cuando las monjas clarisas de Puebla, México, la preparaban para agasajar a visitantes importantes. La receta llegó a Ecuador durante el Virreinato y se adaptó a los ingredientes locales, convirtiéndose en parte de la tradición decembrina.
Hoy, el rompope se puede adquirir en una amplia variedad de presentaciones y sabores. El precio del litro parte desde los 10 dólares y puede incrementarse según el tipo de elaboración y los ingredientes utilizados. Tanto emprendedores como negocios con trayectoria se suman a este mercado, ofreciendo versiones artesanales que buscan adaptarse a las nuevas exigencias de los consumidores.
Entre tradición, innovación y emprendimiento, el rompope se consolida como una de las bebidas que dinamiza la economía de diciembre y mantiene viva una herencia que atraviesa generaciones y corre por varios países.










