Dourados, una ciudad ubicada en el estado de Mato Grosso do Sul, Brasil, acaba de celebrar sus 90 años de emancipación política con un panorama económico muy favorable. Más allá de su tradicional vocación agrícola, la ciudad se ha consolidado en las últimas décadas como un importante polo industrial y agroindustrial, convirtiéndose en un motor de empleo, exportaciones e innovación para toda la región.
Según datos oficiales, la economía de Dourados ha crecido a un ritmo acelerado en los últimos años, impulsada por el desarrollo de sectores clave como la producción de biocombustibles, alimentos procesados, maquinaria agrícola y química fina. Tan solo en 2022, las exportaciones de la ciudad alcanzaron los 1.200 millones de dólares, un récord histórico que la posiciona como uno de los principales centros de comercio exterior del país.
"Dourados se ha transformado en una de las ciudades más dinámicas y pujantes del interior de Brasil", afirma el economista local, Rodrigo Almeida. "Su diversificada base industrial, sumada a la fortaleza del agronegocio, le han permitido generar miles de empleos de calidad y atraer importantes inversiones nacionales e internacionales".
Uno de los motores de este crecimiento ha sido la instalación de la fábrica de la empresa Inpasa, una de las mayores productoras de etanol y azúcar del país. Con una inversión superior a los 500 millones de dólares, la planta emplea directamente a más de 1.500 trabajadores y ha impulsado el desarrollo de toda una cadena de proveedores y servicios conexos.
"La llegada de Inpasa fue un verdadero punto de inflexión para Dourados", comenta el alcalde de la ciudad, Jo o Silva. "No solo generó cientos de puestos de trabajo, sino que también catalizó el surgimiento de nuevas industrias y la modernización de las existentes. Hoy somos un polo de innovación y tecnología aplicada al agro".
Más allá del sector industrial, Dourados también se ha consolidado como un importante centro de investigación y desarrollo, con la presencia de universidades, institutos tecnológicos y centros de I+D vinculados a las principales empresas de la región. Esta sinergia entre academia y sector productivo ha permitido impulsar proyectos de vanguardia en áreas como bioenergía, agricultura de precisión y biotecnología.
"Dourados es hoy una ciudad pujante, diversificada y con un futuro muy prometedor", concluye el economista Almeida. "Sus 90 años de historia son una prueba del empuje y la capacidad de reinvención de su gente, que ha sabido aprovechar las oportunidades para transformar a Dourados en un verdadero motor del desarrollo regional".
