El excandidato presidencial hondureño Salvador Nasralla ha denunciado un "fraude electoral" en los comicios del 30 de noviembre y se ha negado a aceptar la victoria de su contrincante, Nasry Asfura. Nasralla alega que existen más de 10.000 urnas sin respuesta, que representarían alrededor de 2 millones de votos, y que su partido, el Partido Liberal, habría obtenido más de 2 millones de sufragios.
El político hondureño ha acusado al Consejo Nacional Electoral (CNE) de "corrupción" y ha afirmado que el sistema político de Honduras "no está hecho para que un hombre con manos limpias llegue a la presidencia". Nasralla denunció que después de que se oficializara la victoria de Asfura, las consejeras Ana Paola Hall y Cossette López, junto al consejero suplente Carlos Cardona, decidieron salir de Honduras.
Según los datos del CNE, en el 99,93% de las actas escrutadas, Asfura obtuvo alrededor de 1.481.517 votos, lo que equivale a un 40,26%. Nasralla quedó en segundo lugar con aproximadamente 1% menos de los votos, mientras que la candidata Rixi Moncada ocupó el tercer puesto.
El excanciller hondureño y miembro del CNE, Marlon Ochoa, ha denunciado ante el Ministerio Público la "intención de declarar resultados electorales sin finalizar el escrutinio", exigiendo transparencia y respeto a la democracia. Por su parte, el expresidente Manuel Zelaya también ha denunciado un "intento de golpe electoral" por parte del CNE.
Nasralla ha afirmado que no aceptará la victoria de Asfura y ha asegurado que "no aplicar la ley es una forma de traición". El político ha reiterado que su interés por entrar en la carrera presidencial era para "combatir la corrupción" en el país.










