Las elecciones presidenciales en Honduras han estado envueltas en una gran polémica. Luego de 24 días de espera desde la jornada electoral del 30 de noviembre, Nasry "Tito" Asfura fue declarado este miércoles como el virtual presidente electo del país.
Las elecciones estuvieron marcadas por denuncias de "fraude" incluso antes de que se llevaran a cabo los comicios. Además, se reportaron amenazas contra dos consejeras electorales y supuestas injerencias del presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
Asfura, del gobernante Partido Nacional, se impuso en una contienda reñida y llena de controversia. Su victoria se produce en un contexto de profunda crisis política y social en Honduras, que atraviesa altos niveles de corrupción, violencia e inestabilidad económica.
La declaración de Asfura como presidente electo ha sido cuestionada por la oposición, que alega irregularidades en el proceso electoral. Organizaciones internacionales de derechos humanos también han expresado su preocupación por los informes de intimidación y falta de transparencia durante los comicios.
Ahora, Asfura deberá enfrentar el reto de gobernar un país sumido en múltiples problemas, desde la crisis migratoria hasta la pandemia de COVID-19, todo ello en medio de una polarización política que amenaza con profundizarse.
El camino hacia la estabilidad y la reconciliación en Honduras parece ser aún una tarea pendiente, mientras el nuevo mandatario deberá demostrar su capacidad para lidiar con los desafíos que enfrenta el país centroamericano.












