Tras casi un mes de incertidumbre, el conservador Nasry "Tito" Asfura fue declarado este miércoles presidente electo de Honduras con el 40,26% de los votos, según el Consejo Nacional Electoral (CNE). Su rival, el centrista Salvador Nasralla, que obtuvo el 39,39%, denunció fraude y no reconoció el resultado.
Asfura, un empresario y exalcalde de Tegucigalpa, articuló su campaña en torno a propuestas para reactivar la economía y el empleo, que son los principales retos del país. También planteó expandir la educación técnica y digital, construir y modernizar hospitales, y ampliar programas de vivienda para familias de bajos ingresos.
En materia de seguridad, prometió reforzar las capacidades de la policía y recuperar espacios públicos, apelando a una estrategia de prevención comunitaria y presencia territorial. Su agenda ambiental se centró en la transición hacia energías renovables, la eficiencia energética y la protección de bosques y cuencas.
Sin embargo, el paso de Asfura por la administración pública también se ha caracterizado por una serie de controversias legales y cuestionamientos éticos, como presuntos desvíos de fondos públicos y vínculos con empresas cuestionadas.
Tras conocerse el resultado, el candidato opositor Nasralla denunció que los miembros del CNE actuaron bajo las órdenes del "crimen organizado" y no reconoció el triunfo de Asfura. Por su parte, el expresidente Manuel Zelaya, esposo y principal asesor de la mandataria saliente Xiomara Castro, dijo que el CNE "consuma otro paso más para un golpe de Estado electoral" en Honduras.












