El mundo ha cambiado y para bien, afortunadamente. Eso afirma el historiador Julio Raudales en su análisis sobre el final del imperialismo a principios del siglo XX. Según su perspectiva, la Primera Guerra Mundial marcó el ocaso de los grandes imperios de Occidente, dando paso a un nuevo orden mundial.
"La Gran Guerra fue, en efecto, la última confrontación imperial", escribe Raudales en su ensayo "Lucem et Sensu". El autor sostiene que la derrota de la "Triple Alianza" -conformada por Alemania, Austria-Hungría e Italia- a manos de la "Triple Entente" liderada por Inglaterra, Francia y Rusia, simbolizó el fin de una era dominada por los grandes poderes coloniales.
"El último estertor del imperialismo terminó cuando en 1918, la llamada 'Triple Alianza', conformada por tres imperios de occidente, fue derrotada por la 'Triple Entente'", destaca el historiador. Este acontecimiento, a su juicio, marcó un punto de inflexión en la historia, dando paso a un mundo cada vez más interdependiente y multipolar.
Raudales analiza cómo el resultado de la Primera Guerra Mundial erosionó el dominio de las potencias imperiales tradicionales, abriendo la puerta a nuevos actores y dinámicas geopolíticas. "El mundo ha cambiado y para bien, afortunadamente", concluye el autor, señalando que este conflicto bélico representó el ocaso de un orden internacional basado en la hegemonía de unos pocos imperios.
El ensayo de Julio Raudales invita a repensar la narrativa histórica convencional sobre la Gran Guerra, enfatizando en sus implicaciones a largo plazo para el sistema internacional. Su análisis del "lado inverso" de este acontecimiento clave del siglo XX ofrece una perspectiva alternativa que desafía las interpretaciones más tradicionales sobre el legado de la Primera Guerra Mundial.
