El presidente estadounidense Donald Trump ha vuelto a causar revuelo al nombrar a un enviado especial para Groenlandia, territorio autónomo de Dinamarca. Esta decisión ha enfurecido al gobierno danés, que exige el respeto a la soberanía sobre la isla ártica.
El nuevo enviado especial de Trump es Jeff Landry, gobernador republicano del estado de Luisiana y una de las figuras más leales al movimiento MAGA (Make America Great Again). Esta designación se produce en medio de los insistentes reclamos del mandatario por anexar Groenlandia a Estados Unidos, algo que ya había intentado en su primer mandato.
Trump justificó la medida alegando "motivos de protección nacional", al considerar que la isla tiene una posición estratégica clave. Sin embargo, los expertos señalan que el verdadero interés del presidente está en las enormes reservas minerales de Groenlandia, especialmente de tierras raras, un recurso esencial para la fabricación de tecnologías limpias como vehículos eléctricos y turbinas eólicas.
Según un informe reciente, Groenlandia podría contener hasta el 25% de todos los recursos mundiales de elementos de tierras raras, lo que equivaldría a alrededor de 1,5 millones de toneladas. Esto ha desatado una disputa geopolítica, con China intentando profundizar su presencia en la isla a través de proyectos de infraestructura.
El gobierno danés ha rechazado enérgicamente los planes de Trump, exigiendo el respeto a la soberanía de Dinamarca sobre Groenlandia. Expertos advierten que, si bien la extracción de estos recursos minerales en la isla podría tardar al menos una década en ser viable, la embestida del presidente estadounidense obedece a una visión expansionista inspirada en la antigua doctrina del Destino Manifiesto.












