Después de un proceso interno atropellado y demandante, el Centro Democrático ha definido su ruta para las elecciones presidenciales de 2026. La candidata del partido, Paloma Valencia, se unirá a la Gran Consulta de la centroderecha, en la que competirá con un grupo diverso de políticos, independientes y una outsider.
La decisión de Valencia de participar en esta consulta, que se llevará a cabo el mismo día de las elecciones al Congreso, el 8 de marzo de 2026, no fue fácil. Obligaba al uribismo a renunciar a su neutralidad frente a Abelardo de la Espriella, quien ha sido cercano al expresidente Álvaro Uribe.
Sin embargo, el Centro Democrático ha optado por competirle a De la Espriella de forma amistosa en primera vuelta, sin vetarlo ni maltratarlo. La máxima es mantener abierto el campo para posibles alianzas en segunda vuelta.
La entrada de Valencia a la Gran Consulta se dio después de que el partido la consultara con su bancada en el Congreso y con Uribe. Finalmente, el partido la respaldó en un comunicado, y la candidata recalcó que "puso en consideración de mi partido durante horas la decisión".
Con el respaldo de la poderosa estructura política del Centro Democrático, que incluye la lista al Senado con el nombre de Álvaro Uribe, Valencia se convierte en la favorita para ganar la consulta. Sin embargo, el uribismo no está exento de riesgos, pues temen que esta atomización de la derecha pueda abrir un espacio inesperado para Sergio Fajardo.
Más allá de eso, el expresidente Uribe luce jugado por su candidata, a quien ha acompañado en sus primeras correrías. La apuesta es probar la viabilidad de Valencia en una consulta en la que no estarán Abelardo ni Fajardo, con la esperanza de que pueda convertirse en "una candidata de derecha razonable" que le dé a Uribe "un nuevo chance".
