La crisis económica que atraviesa Argentina ha impactado severamente en las finanzas de los hogares, llevando la morosidad de las familias a niveles históricos. Según datos del sistema financiero, el ratio de irregularidad en el financiamiento a los hogares ascendió al 7,8% en octubre, consolidando un año de subas ininterrumpidas.
Este preocupante escenario refleja las crecientes dificultades que enfrentan los argentinos para cumplir con los compromisos financieros contraídos, ya sea en préstamos, tarjetas de crédito u otros tipos de crédito. La combinación de una alta inflación, la devaluación del peso y la caída del poder adquisitivo han erosionado severamente los ingresos de las familias, dejándolas sin margen para hacer frente a sus obligaciones.
"Es una situación realmente complicada. Muchas familias han visto cómo sus ingresos se ven superados por el aumento constante del costo de vida, lo que les impide cumplir con sus deudas", explicó un analista del sector financiero.
El sistema bancario argentino atraviesa un período de tensión marcado por este incremento sostenido del incumplimiento en el pago de créditos. Los bancos se ven obligados a destinar mayores recursos a la constitución de previsiones por préstamos incobrables, lo que afecta su rentabilidad y capacidad de otorgar nuevos créditos.
Ante este escenario, las autoridades económicas han implementado algunas medidas para aliviar la carga de los deudores, como la reestructuración de deudas y la ampliación de plazos de pago. Sin embargo, los expertos coinciden en que se requieren acciones más contundentes y de mayor alcance para revertir esta tendencia preocupante.
"La morosidad récord de las familias es un reflejo del deterioro económico que sufre el país. Se necesitan políticas integrales que aborden tanto la inflación como la reactivación del empleo y los ingresos, para que las familias puedan recuperar su capacidad de pago", concluyó el analista.












