En un nuevo episodio de la violencia que azota a México, Óscar Ruiz, también conocido como "El Panu", jefe de seguridad de los hijos del Chapo Guzmán, fue asesinado a tiros en un restaurante de la Ciudad de México. El crimen, ocurrido el pasado domingo, ha desatado una ola de especulaciones sobre las implicaciones que este golpe tendrá para la estructura del Cártel de Sinaloa.
Según la información recabada, Ruiz, de 38 años, fue atacado por un hombre vestido de negro que ingresó al restaurante Luau, en la colonia Juárez, y le disparó en 12 ocasiones con un arma de fuego de 9 milímetros. Su pareja, María José N., que se encontraba con él, relató que el agresor huyó a pie con dirección a la calle de Hamburgo y posteriormente fue visto cruzando el Paseo de la Reforma.
Las autoridades de la capital mexicana han abierto una carpeta de investigación por los delitos de homicidio doloso y lesiones por disparo de arma de fuego. Sin embargo, la identidad de la víctima no ha sido confirmada oficialmente, ya que el fallecido no llevaba documentos de identificación y las fuentes cercanas a la investigación han señalado que podría tratarse de Óscar Medina, el jefe de seguridad de Los Chapitos, la facción del Cártel de Sinaloa liderada por los hijos del Chapo Guzmán.
Esta hipótesis se basa en el hecho de que Medina, también conocido como "El Panu", tenía una ficha de búsqueda emitida por el Departamento de Estado de Estados Unidos, donde se ofrecen cuatro millones de dólares por información sobre su paradero. Además, algunas imágenes de baja calidad lo habrían vinculado con el operativo fallido para detener a Ovidio Guzmán, el hijo menor del Chapo, durante el Culiacanazo en 2019.
La muerte de Óscar Ruiz, de confirmarse su identidad, representa un duro golpe para la estructura de Los Chapitos, que ya ha sido mermada en los últimos meses por los embates de la Administración Trump y el Gobierno federal mexicano en su lucha contra el narcotráfico. Sin "El Panu", los hijos del Chapo habrían perdido a la última pieza importante de su tablero, encargada de la protección de los hermanos Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, los dos últimos sobrevivientes del grupo criminal que se encuentran en la mira de la DEA.
La incertidumbre por el próximo movimiento de Los Chapitos y la supervivencia de su estructura pasa ahora por la confirmación de la identidad del misterioso sinaloense asesinado en la popular y turística Zona Rosa de la capital mexicana. El Cártel de Sinaloa continúa en jaque.











