La Confederación General del Trabajo (CGT) celebró este lunes la decisión del oficialismo de postergar hasta febrero el tratamiento de la reforma laboral en el Senado, calificándola como un "gran triunfo táctico" de los trabajadores. Sin embargo, advirtieron que, de avanzar sin consensos, el proyecto podría terminar judicializado.
Jorge Sola, integrante del triunvirato de conducción de la central obrera, atribuyó la postergación a una combinación de presión sindical, trabajo político previo y falta de votos suficientes en la Cámara alta. "Postergar la reforma laboral es un gran triunfo táctico de los trabajadores, coyuntural", sostuvo el dirigente.
Sola vinculó directamente la decisión del Gobierno con la movilización sindical de la semana pasada, afirmando que antes de la protesta hubo "un trabajo silencioso y productivo con gobernadores, senadores y diputados de todos los sectores políticos" para explicar las consecuencias del proyecto impulsado por el Ejecutivo. Según el dirigente, varias autoridades manifestaron disidencias y advirtieron que el oficialismo no contaba con los números necesarios para aprobar la reforma en los términos originales.
"Se dieron cuenta de que no tenían los números para sacarla como querían", remarcó Sola, quien reclamó que el Gobierno amplíe la convocatoria y no limite el diálogo al sector sindical. "Es absolutamente necesario que el Gobierno escuche todos los sectores, no solamente al de los trabajadores", planteó, aunque aclaró que la central obrera mantiene una "mirada propositiva" sobre distintos aspectos de la modernización laboral.
Sin embargo, Sola advirtió que, tal como está formulado, el proyecto "no va a mejorar la situación laboral de los trabajadores" y que, de avanzar sin consensos, podría terminar judicializado. "Van a tener muchos líos. Esta reforma tiene violaciones a conceptos de carácter constitucional y a la vuelta de la esquina se van a chocar contra otra pared de nuevo", expresó.
La decisión del Gobierno de postergar el tratamiento de la reforma laboral en el Senado hasta febrero se produce en medio de una fuerte oposición sindical y la advertencia de que, sin consensos, el proyecto podría enfrentar serios obstáculos legales.
