El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha convocado a sus homólogos de América Latina, el Caribe y de los 194 Estados de la ONU a unir esfuerzos para contener la amenaza militar y de piratería que, según él, representa Estados Unidos.
Desde la Casa Amarilla del Ministerio para Relaciones Exteriores, el canciller de Venezuela, Yván Gil, acompañado por vicecancilleres, leyó una carta del mandatario en la que narra los acontecimientos de los últimos meses, incluyendo un amplio despliegue militar estadounidense en el Caribe, con la presencia de un submarino nuclear y miles de efectivos.
Maduro alertó sobre la "escalada de agresiones de extrema gravedad" por parte de la Casa Blanca, cuyos efectos, a su juicio, trascienden Venezuela y amenazan con desestabilizar a toda la región y al sistema internacional en su conjunto.
Recordó que el 14 de agosto, el gobierno estadounidense ordenó el mayor despliegue aéreo y naval de las últimas décadas bajo la supuesta justificación de la lucha antidrogas, a lo que denominó Lanza del Sur. Maduro valoró que este acto constituye una amenaza directa del uso de la fuerza, lo cual está prohibido por la Carta de la ONU y vulnera la declaración de Zona de Paz de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, así como el Tratado de Tlatelolco, que libera a la región de armas nucleares.
El mandatario sudamericano reafirmó que su país "no ha cometido acto alguno que justifique esta intimidación militar" y rememoró los 28 ataques cometidos por fuerzas estadounidenses contra embarcaciones civiles en el Caribe y el océano Pacífico Oriental, con un saldo de 104 personas ejecutadas extrajudicialmente. Subrayó que estos hechos violan de manera directa y reiterada el derecho a la vida, contemplado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, además del Convenio de Ginebra de 1949.
Maduro afirmó que no se trata de incidentes armados, sino de "una práctica sistemática de uso letal de la fuerza fuera de todo marco legal internacional, e inclusive, del propio marco constitucional de Estados Unidos", donde se desarrolla un intenso debate en su Congreso y opinión pública.
El presidente venezolano reflexionó que la inacción frente a la agresión y al desprecio por el Derecho Internacional "tiene consecuencias devastadoras" y advirtió que, si se tolera el uso unilateral de la fuerza, la ejecución de civiles, la piratería y el saqueo de recursos de Estados soberanos, "el mundo se encamina hacia un escenario de confrontación global de proporciones imprevisibles".
Finalmente, Maduro reafirmó la vocación de paz de Venezuela y declaró "con absoluta claridad" que está preparada para defender su soberanía, integridad territorial y sus recursos conforme al derecho internacional. Advirtió que las agresiones no impactarán solo a su país, sino que el bloqueo y la piratería contra el comercio energético venezolano afectarán el suministro de petróleo y energía, incrementarán la inestabilidad de los mercados internacionales y golpearán las economías de la región y del mundo.











