La frase "En Dios Confiamos" que hoy aparece en los billetes de dólar estadounidenses fue incluida por primera vez en 1864 en las monedas de dos centavos. Posteriormente, en 1956, el presidente Dwight Eisenhower ordenó su adopción oficial en todos los billetes, argumentando que esto reafirmaba la trascendencia de la fe religiosa en la herencia y futuro de Estados Unidos.
Sin embargo, esta afirmación de la confianza del país en Dios llama la atención, proviniendo de un ex militar y general de cinco estrellas que se convirtió en presidente. Eisenhower señaló que "con esto fortalecemos que esas armas espirituales serán para siempre el recurso más poderoso de nuestro país en la guerra y en la paz".
La mención a Dios en los discursos políticos estadounidenses es una práctica común, tanto entre demócratas como republicanos. La frase "Que Dios bendiga a los Estados Unidos de Norteamérica" se repite con frecuencia, a pesar de que el sistema de gobierno de ese país se caracteriza por ser laico y garantizar la libertad de expresión y religiosa.
Una situación similar ocurre en Perú, donde recientemente el Jurado Electoral Especial de Lima Este ordenó al candidato López Aliaga no invocar temas religiosos durante su campaña, argumentando que esto violaría el artículo 188 de la Ley Orgánica de Elecciones, que prohíbe "el uso o invocación de temas religiosos de cualquier credo, en la propaganda política".
El autor del artículo cuestiona esta norma, señalando que no ha podido encontrar su origen, y considera que es un "exceso" que debe ser analizado. Argumenta que una persona con fuertes valores espirituales y morales, creyente en Dios, puede ser un mejor líder y político que alguien sin identidad religiosa.
La discusión sobre la separación entre religión y Estado, y el papel de las creencias religiosas en la esfera pública, sigue siendo un tema controversial y complejo, tanto en Estados Unidos como en Perú. El artículo plantea la necesidad de un análisis más profundo de esta problemática.











