La elección presidencial en Honduras se ha convertido en un verdadero drama político, con un recuento de votos que, según la observación electoral de la Unión Europea, "parece un mercado". El conservador Nasry Asfura, apoyado por el expresidente Donald Trump, se encuentra apenas unos miles de votos por delante del candidato liberal Salvador Nasralla.
La misión electoral de la UE ha llamado a evitar cualquier bloqueo contra la proclamación del nuevo presidente, que se determinará al finalizar el recuento de los sufragios. Esta situación refleja la polarización y la tensión que rodean a estos comicios, que han sido sacudidos por la intervención del expresidente estadounidense Trump.
Trump jugó un papel clave al apoyar a Asfura, el candidato conservador, e indultar y liberar al expresidente hondureño Juan Orlando Hernández, condenado por narcotráfico. Esta injerencia externa ha generado aún más incertidumbre y desconfianza en torno al proceso electoral.
El recuento de votos se ha visto envuelto en acusaciones de irregularidades y denuncias de ambos bandos. Según los observadores de la UE, el escrutinio "parece un mercado", lo que refleja la falta de transparencia y la complejidad del proceso.
La proclamación del nuevo presidente de Honduras se ha convertido en una prueba de fuego para la democracia del país. La Unión Europea ha hecho un llamado a respetar la voluntad popular y a garantizar un proceso electoral justo y transparente, en medio de esta situación rocambolesca.











