La relación entre Estados Unidos y Venezuela, que durante décadas fue una alianza estratégica, ahora se encuentra al borde de una confrontación bélica. Tras el ascenso al poder de Hugo Chávez y luego Nicolás Maduro, la tensión entre ambos países ha ido en aumento, reviviendo viejos fantasmas de la Guerra Fría.
Hace 50 años, en 1958, el entonces vicepresidente Richard Nixon vivió un episodio aterrador en Caracas cuando una turba enfurecida atacó su comitiva, gritando "¡muerte a Nixon!". Aunque Nixon logró escapar ileso, el incidente marcó un punto de inflexión en las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela, que posteriormente se fortalecieron durante décadas.
Sin embargo, el ascenso de Chávez y su sucesor Maduro, con sus políticas de izquierda y su abierta hostilidad hacia Washington, han llevado a la relación bilateral a su peor momento. El actual presidente Donald Trump ha desplegado buques de guerra en el Caribe, en una movida que recuerda a la de Dwight Eisenhower hace medio siglo, cuando envió un portaviones en caso de que Nixon necesitara ser rescatado.
Expertos como Brian Fonseca, de la Universidad Internacional de Florida, advierten que la situación actual podría derivar en un conflicto abierto entre ambos países. "Hubo un tremendo alineamiento entre Estados Unidos y Venezuela durante el siglo XX, pero esa relación se rompió con la llegada de Chávez y Maduro. Ahora estamos al borde de una guerra total", afirma Fonseca.
La crisis se remonta a 1998, cuando Chávez ganó las elecciones presidenciales y luego emprendió una transformación radical del país, alejándolo de la democracia y acercándolo a un régimen autoritario. El intento de golpe de Estado en 2002 marcó un punto de inflexión en las relaciones, con Washington negando su participación, aunque documentos desclasificados revelaron que sí estaba al tanto del complot.
Desde entonces, la tensión no ha hecho más que aumentar, con Chávez y luego Maduro atacando con virulencia a Estados Unidos y sus líderes. Las medidas de Caracas, como la nacionalización de la industria petrolera, también han afectado los intereses de Washington en la región.
Ahora, con Trump amenazando con una intervención militar si Maduro no abandona el poder, la posibilidad de un conflicto abierto parece cada vez más real. "Estamos ante una situación extremadamente delicada, donde dos líderes confrontados podrían arrastrar a sus países a una guerra que nadie quiere", concluye Fonseca.
