El frágil sistema internacional para el control de las armas nucleares se enfrenta a nuevos desafíos en 2026 que podrían debilitar aún más las barreras de protección contra una crisis nuclear.
En los primeros meses del próximo año se producirán dos eventos clave: el 5 de febrero expira el Tratado Nuevo START entre Estados Unidos y Rusia, y en abril se llevará a cabo la Conferencia de Revisión (RevCon) del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP) en Nueva York.
El Nuevo START, que impone límites a los arsenales nucleares de Washington y Moscú e incluye mecanismos de inspección, podría no ser renovado, lo que eliminaría una importante herramienta de control. Mientras tanto, se espera que la RevCon, que se celebra cada cuatro o cinco años, no logre alcanzar un acuerdo final, como ocurrió en las dos últimas ediciones.
"Nos encontramos en un punto en el que la arquitectura de control de armas está a punto de desmantelarse por completo", advirtió Anton Khlopkov, director del centro de estudios ruso Center for Energy and Security Studies (CENESS).
El panorama nuclear internacional se ha oscurecido en los últimos años, con incidentes como los ataques de Estados Unidos contra instalaciones iraníes y la prueba rusa de un nuevo misil de crucero de propulsión nuclear. Además, el creciente poder de China y los avances tecnológicos han transformado la disuasión nuclear tradicional, introduciendo nuevas complejidades.
"La creciente interconexión entre las fuerzas nucleares y convencionales, y la aparición de tecnologías disruptivas, han transformado la disuasión nuclear tradicional en un concepto multidominio, especialmente en un mundo multipolar", explicó Hua Han, de la Universidad de Pekín.
Ante este panorama, expertos como Emmanuelle Maitre, de la Fundación para la Investigación Estratégica (FRS) de Francia, advierten que la falta de un marco jurídico sólido conlleva el riesgo de dejar al mundo sin herramientas diplomáticas para resolver las tensiones.
"Todo el componente de inspección ha dejado de funcionar, las notificaciones cuando se traslada un misil, etc, todo eso ha desaparecido. Lo único que queda es el compromiso voluntario de mantenerse dentro de los límites", lamentó Maitre.
Sin embargo, algunos analistas, como Robert Peters de la Heritage Foundation, consideran que la expiración del Nuevo START "beneficia a los intereses de Estados Unidos", ya que evitaría atar las manos de Washington únicamente a Moscú.
Ante este escenario, expertos como Alexandra Bell, del Bulletin of the Atomic Scientists, llaman a la comunidad internacional a buscar "soluciones colectivas" para preservar los frágiles mecanismos de control de armas nucleares.












