A pesar de las recientes reducciones en la tasa de política monetaria (TPM) acordadas por el Banco Central de Costa Rica (BCCR), las tasas de interés asociadas a los créditos se han mantenido con cierta rigidez, lo que limita el impacto esperado sobre la inversión y el consumo.
Según un informe del Centro Internacional de Política Económica para el Desarrollo Sostenible (Cinpe) de la Universidad Nacional (UNA), la transmisión de las señales de política monetaria a las tasas de interés efectivamente negociadas en el sistema financiero ha sido parcial y lenta.
Si bien la Tasa Básica Pasiva (TBP), utilizada como referencia para los créditos en colones, ha disminuido ligeramente, las tasas activas de los bancos públicos y privados han mostrado una notable rigidez, con reducciones más moderadas.
"Se puede evidenciar que la transmisión de las rebajas de la TPM se ha reflejado de forma gradual en las tasas activas, con reducciones más marcadas en actividades como manufactura, servicios y comercio, mientras que los créditos de consumo mantienen una ligera tendencia al alza por mayores niveles de riesgo", señala el informe.
Esto implica que los beneficios de las menores tasas no se trasladan plenamente a los agentes económicos a través del crédito, lo que limita el impacto esperado sobre la inversión y el consumo.
El propio Banco Central ha documentado en sus informes que las tasas de interés de los créditos, especialmente los de consumo personal y tarjetas, se resisten a bajar, pese a las disminuciones en la TPM realizadas el año pasado y recientemente.
Según los expertos, existen factores estructurales que limitan una transmisión más rápida de la política monetaria a las tasas de interés del sistema financiero costarricense.












