Un ataque armado en un bar del municipio de Bekkersdal, al oeste de Johannesburgo, Sudáfrica, dejó nueve personas muertas y al menos diez heridas durante la madrugada del domingo.
De acuerdo con los reportes oficiales, el ataque ocurrió cuando el establecimiento se encontraba con clientes en su interior y en las calles aledañas. Alrededor de 12 hombres armados llegaron al lugar a bordo de un minibús blanco y un sedán plateado, abrieron fuego contra los clientes del pub y continuaron disparando de forma indiscriminada mientras huían.
"Algunas víctimas fueron baleadas al azar en las calles por hombres armados desconocidos", informó la policía. El mayor general Fred Kekana, comisionado provincial interino de Gauteng, señaló que algunos atacantes portaban pasamontañas y estaban armados con un rifle AK-47 y varias pistolas calibre nueve milímetros.
Las autoridades no difundieron detalles sobre la identidad de las personas fallecidas o lesionadas, pero confirmaron que un conductor de un servicio de mensajería fue alcanzado por el fuego cruzado y murió.
La División de Investigaciones de Delitos Graves y Violentos de Gauteng, junto con la Unidad de Rastreo y Detección de Delitos, inició un operativo para localizar a los responsables. Hasta el momento no se reportan detenidos ni se ha establecido el móvil del ataque.
Este hecho se convirtió en el segundo tiroteo masivo registrado en Sudáfrica en menos de tres semanas, en un país que ha enfrentado múltiples ataques armados en bares en los últimos años. Con casi 26 mil homicidios registrados en 2024, un promedio superior a 70 asesinatos diarios, Sudáfrica se mantiene entre los países con las tasas de homicidio más altas del mundo.
Las autoridades señalan que, aunque el país cuenta con leyes de control de armas relativamente estrictas, la mayoría de los asesinatos se cometen con armas de fuego ilegales, lo que complica los esfuerzos para frenar este tipo de violencia. Mientras avanza la investigación, la comunidad de Bekkersdal enfrenta el impacto de un nuevo episodio de violencia que vuelve a poner en el centro del debate la circulación de armas ilegales y la seguridad en espacios públicos nocturnos.











