El ajuste de precios de los hidrocarburos ha sido el gran tema de debate en Bolivia en estos días, dejando de lado incluso los preparativos navideños. Mientras algunos critican duramente las medidas, otros defienden que eran necesarias, aunque reconocen que el impacto afectará principalmente a los sectores más vulnerables.
Sin embargo, según el economista Gonzalo Colque, autor del libro "Hablemos de economía sin ser economistas", el verdadero problema que aqueja a Bolivia no es el extractivismo ni la "maldición de los recursos", sino algo más profundo y enraizado en la historia del país: el "rentismo".
Colque explica que Bolivia ha sido históricamente un país rentista, viviendo de las bonanzas y crisis cíclicas generadas por la explotación de materias primas como la plata, el estaño y el gas. Este modelo ha generado que el pensamiento y la mentalidad de los bolivianos también se vuelva rentista, es decir, acostumbrados a vivir de la renta sin necesidad de ser eficientes ni innovar.
"El dinero de la renta que no requiere eficiencia económica causa estancamiento y atraso", afirma el autor. Y es que, según Colque, este modelo rentista ha deteriorado los dos elementos clave para el crecimiento: la innovación y el conocimiento.
Así, los bolivianos se han acostumbrado a depender del Estado, que se ha sostenido del estaño y el gas, sin buscar formas creativas de diversificar la economía y adaptarse a los vaivenes de los precios de las materias primas. Desde los transportistas que exigen subir tarifas sin innovar, hasta los empresarios que buscan exenciones impositivas, pasando por los políticos que ven en el Estado una fuente de ingresos segura y lucrativa.
Para Colque, el primer paso para romper esta "maldición del rentismo" es tomar conciencia del problema. Por eso invita a leer su libro, que puede descargarse gratuitamente, y sacudirse de las visiones polarizadas que responden a los intereses de los sectores rentistas que no quieren perder sus privilegios.
"Esta generación tendría que romper la maldición de los recursos, diversificarse y trabajar una economía de base ancha para salir del estancamiento", concluye el experto. Un desafío nada sencillo, pero clave para que Bolivia pueda celebrar su Bicentenario como un país próspero y saludable.









