El desgaste político de Jair Bolsonaro y la falta de unidad del bolsonarismo han creado un escenario adverso para la candidatura de Flávio Bolsonaro en 2026. La prisión del ex presidente no logró movilizar a sus seguidores, mientras que el Centr o se acerca cada vez más a Tarcísio de Freitas, visto como una opción más competitiva.
En el mercado financiero, la reacción fue inmediata: el lanzamiento de la precandidatura de Flávio hizo que el dólar subiera y la Bolsa cayera, lo que señala el rechazo del sector. Interlocutores del Centr o afirman que no tienen intención de sacrificar estrategias estatales por un proyecto nacional incierto, priorizando la elección de diputados y senadores. Para empresarios y banqueros, Flávio no reúne las condiciones mínimas de confianza.
Dentro del propio PL, hay preocupación por la influencia de los episodios recientes que involucran a la familia Bolsonaro. La actuación de Eduardo Bolsonaro contra las exportaciones brasileñas y su huida del país han ampliado las críticas internas y externas. Llamado el "10 de la camiseta de Lula", el diputado pasó a ser visto como responsable de desgastes económicos y políticos, alejando a sectores de la derecha tradicional.
Michelle Bolsonaro también contribuyó a las tensiones internas al criticar una posible alianza con Ciro Gomes, lo que generó un malestar que se sumó a la disputa silenciosa sobre quién comandará el proyecto político del clan en 2026. La situación se agravó con Carlos Bolsonaro, quien atacó a precandidatos de derecha y rompió alianzas estatales, especialmente en Santa Catarina.
La prisión de Jair Bolsonaro, después de intentar romper el brazalete electrónico con una soldadura, empeoró el escenario. La imagen de un ex presidente dañando el equipo debilitó la narrativa de persecución utilizada por sus aliados y redujo la capacidad de movilización del grupo. Sin militancia en las calles, la detención marcó un punto de inflexión negativo en la trayectoria del bolsonarismo.
