El ex primer ministro de Pakistán Imran Khan ha sido condenado a 17 años de prisión por otro caso de corrupción, en lo que él y su partido político denuncian como una persecución política.
El llamado "caso Toshakhana-2" se refiere a que Khan se habría apropiado de un set de joyas valorado en 760.000 euros, que le regaló el príncipe heredero saudí, pagando solo 25.000 euros para justificar la transacción.
Esta es la cuarta condena que enfrenta Khan en los últimos años. Anteriormente fue sentenciado a 10 años por filtrar secretos de Estado, 14 años por el caso Toshakhana-1, 7 años junto a su esposa por violar la ley islámica sobre el matrimonio, y 14 años más por el caso Al Qadir, una estafa a la Agencia Nacional contra el Crimen.
El partido político de Khan, el Movimiento por la Justicia de Pakistán, ha denunciado el veredicto como una "decisión de un tribunal de marionetas" tras un juicio "a puerta cerrada, de hecho militar, que no ha sido ni libre ni justo". Además, criticaron que la familia de Khan no pudo estar presente en los procedimientos.
Por su parte, el gobierno paquistaní, liderado por el primer ministro Shehbaz Sharif, enemigo político de Khan, ha celebrado la condena, calificándola como "totalmente justa" y basada en pruebas que demuestran "abuso de poder, deshonestidad con los bienes del Gobierno y un criminal abuso de confianza" por parte del ex primer ministro.
Esta nueva sentencia se suma a la larga lista de acusaciones y procesos judiciales que enfrenta Imran Khan, quien denuncia ser víctima de una persecución política por parte del actual gobierno. El caso ha generado una profunda polarización en Pakistán, con el partido de Khan acusando al primer ministro Sharif de estar detrás de los ataques legales contra su líder.












