La histórica agrupación política Acción Popular se encuentra sumida en una profunda crisis luego de que el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) anulara sus elecciones internas debido a graves irregularidades. La disputa entre las facciones "alvistas" y "ulloistas" por la candidatura presidencial ha desencadenado un escándalo que podría dejar al partido fuera de la contienda electoral del 2024.
Los problemas en Acción Popular vienen de larga data. Desde los tiempos de Fernando Belaunde, el partido ha estado marcado por divisiones y conflictos internos. En 1968, durante el primer gobierno de Belaunde, estalló el conflicto entre "carlistas" y "termocéfalos", mientras que en 1985, al final del segundo gobierno, "alvistas" y "ulloistas" se enfrentaron por la candidatura presidencial.
Esta vez, la disputa se desató entre los seguidores de Alfredo Barnechea y Julio Chávez, quienes se acusaron mutuamente de irregularidades en el proceso de elección de delegados. Chávez, al verse superado por Barnechea, optó por impugnar los resultados, a pesar de que fue advertido de que eso podría llevar a la descalificación del partido.
El JNE, al constatar "vicios sustanciales" en el proceso, decidió anular las elecciones internas de Acción Popular, dejando al partido fuera de la carrera electoral. Esta medida ha generado reacciones inmediatas, con amparos y acusaciones constitucionales, pero todo indica que la lampa no figurará en la cédula de votación.
La crisis de Acción Popular es un reflejo de la dinámica del poder y las aspiraciones de sus líderes. Incluso en los partidos más "rangalidos", como lo califica el autor, se produce una lucha despiadada por obtener la nominación, sin importar que esta no los lleve a ninguna parte. En este caso, la "torpeza y el fraude interno" han terminado por socavar la que se consideraba la "única virtud" del partido: su "entraña democrática".
Ahora, tanto los "alvistas" como los "ulloistas" y quienes guardaron silencio esperando que se mataran entre ellos, deberán enfrentar las consecuencias de sus acciones. La imagen de Acción Popular se ha deteriorado aún más, y su futuro político se ve incierto.
