Evaristo Fombona, nacido en Asturias, España, fue un destacado poeta y periodista que encontró en Venezuela su segundo hogar. Después de pasar por La Habana, donde concluyó sus estudios de jurisprudencia, Fombona decidió fijar su residencia en tierras venezolanas, atraído por las palabras de Manuel Ancízar y Agustín Zárraga, quienes lo convencieron de las bondades de este país.
Llegado a Puerto Cabello en 1844, Fombona rápidamente se vinculó al mundo del periodismo y la literatura. En Valencia, ciudad a la que calificó como su posible lugar de sepultura, colaboró con diversos medios y envió sus poemas a publicar. Posteriormente, ejerció como rector del Colegio Nacional en Calabozo, donde conoció a la familia del doctor Manuel Palacio, con cuya hija, Benigna Palacios, contrajo matrimonio.
Ya en Caracas, a inicios de la década de 1860, Fombona se convirtió en propietario de una imprenta desde la cual publicaba constantemente sus poemas en diferentes órganos de prensa. Pero su labor editorial no se limitó a sus propias creaciones, sino que se preocupó por divulgar literatura dirigida específicamente a las lectoras venezolanas.
Así, en 1861 fue el redactor de la revista "La Floresta", subtitulada "Álbum de señoritas", demostrando su interés por ofrecer lecturas de calidad al público femenino. Ese mismo afán lo llevó a publicar en 1867, a través de su imprenta "La Concordia", el libro "El arpa eolia", una compilación de poemas dedicada "A la mujer".
Fombona no solo se enfocó en las lectoras adultas, sino que también se preocupó por las necesidades de los niños venezolanos. En 1870, reimprimió en su imprenta la edición 41 del "Libro de los niños", obra del español Francisco Martínez de la Rosa, que gozaba de gran preferencia en el continente.
A pesar de que en algún momento se planteó que Fombona había abandonado definitivamente Venezuela en su ancianidad, los registros indican que esto no fue así. Se tiene constancia de que el poeta asturiano aún paseaba por la Plaza Bolívar de Caracas, llevando de la mano a su nieto Rufino.
La figura de Evaristo Fombona es un claro ejemplo de cómo un inmigrante español logró conquistar el corazón de las venezolanas a través de su labor literaria y editorial, convirtiéndose en un importante promotor de la cultura y las letras en el país.
